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Channel: Amalio Rey | Blog de innovación con una mirada humanista
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Echando el cierre a mi 2017 (post-561)

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En mi post-resumen del año pasado me mostré cabreado al tener que reconocer que no había cumplido casi ninguno de los objetivos que me propuse. De este año podría decir más o menos lo mismo 🙂  porque sigo faltón conmigo, pero esta vez lo voy a encajar mejor. Mi percepción es que 2017 ha sido un año de sobresaltos, pero, en general, satisfactorio. No traigo esta vez un relato gris, sino una sensación de que me abro a nuevas posibilidades.

Lo de los sobresaltos tiene que ver con que tuve un bajonazo, con pack de sustos incluido, cerca del verano, pero conseguí salir de eso con un aprobado bastante digno. Unos diagnósticos mal indicados me empujaron unos meses a navegar por el mar de las angustias, pero todo se aclaró y pasó el temporal, quedando en un agobio de esos que no se olvidan. Lo que no mata, te hace más fuerte, así que también aprendí cosas de aquello, que me van a servir para ser más resiliente.

Este año he avanzado muy poco en mi gran objetivo de escribir el libro de Inteligencia Colectiva. Los proyectos de trabajo me han ocupado mucho tiempo, y con tanta presión me faltó la concentración que necesito para escribir sobre un tema tan delicado. Lo que sí he hecho es leer muchos papers, asistir a mi cita anual de la Collective Intelligence Conference en NYC, escribir posts en mi otro blog que después me servirán seguramente para completar piezas del puzle del libro, y, sobre todo, seguir mejorando el índice o estructura, para conseguir un texto fluido y compacto con las ideas-fuerza que me gustaría transmitir.

En esta última semana he trabajado más en la estrategia del libro, porque soy consciente que ya va siendo hora, como alguien me ha dicho, de dejar de leer tanto y de ponerme a pensar más sobre lo que ya tengo, que es potente, pero necesito una teoría, un modelo, que me permita encajar todo dentro de un relato coherente, y que aporte valor respecto de lo que hay. Creo que voy bien encaminado, cada vez con las ideas más claras, y unas expectativas altas, pero necesito ser menos perfeccionista para poder avanzar. Me he reservado el primer trimestre casi en plan sabático para darle un empujón definitivo al libro. Lo tengo que publicar en 2018, sí o sí.

Este blog sigue activo, con buena salud, aunque es cierto que en este año he publicado con menos frecuencia. No ha sido por falta de ganas sino, tal vez, por falta de ideas y la presión del trabajo. Me sigue gustando mucho escribir aquí, y es algo que no me cuesta hacer para nada. Disfruto enredado con mis posts. Sé que me hace bien tener este canal para contar mis historias, compartir lo que pienso y recibir comentarios. Intuyo que las estadísticas de visitas han bajado, y sé lo que podría hacer si quisiera subirlas, pero no es algo que me preocupe en absoluto.

Un área que he descuidado este año ha sido la del “mantenimiento personal”, o sea, el ejercicio físico y la generación de espacios de ocio activo y disfrute personal. #Yoconfieso que es algo de lo que ya me quejé en mi resumen del año pasado, así que estas en tu derecho de decirme que me deje de rollos y excusas, y pase a la acción. Esta vez creo que sí voy en serio. Me acabo de regalar una suscripción semestral a un gimnasio, de esos de los caros, para comprometerme desde el bolsillo. Por otra parte, mi cuerpo (y mi mente) me lo están pidiendo a gritos, y no voy a ser tan imbécil de seguir ignorando los mensajes. Ya tengo un plan, para intentar combinar gimnasio, bicicleta, y largas carreras-caminatas. También me apetece recobrar mis prácticas de meditación, que es algo que dejé de hacer con la debida frecuencia desde hace tiempo.

Me estoy inspirando en las historias de superación del bueno de Javier García, para “vencer al gorila” y mentalizarme con la idea de crear hábitos en plan cañero. Vivo en un lugar de lujo para hacer paseos junto al mar, con un clima estupendo, así que ya está, se acabó el cuento. Como vuelva a decir en mi resumen anual de 2018 que he descuidado otra vez los ejercicios físicos, sabéis lo que hay que hacer: ¡¡dejar de leerme por farsante!! (he, aquí, otro recurso nemotécnico para meterme más presión).

El ámbito profesional ha ido fenomenal este año, que ya es bastante. Me sigue funcionando mi estrategia de trabajar con pocos clientes, pero muy buenos. Tres grandes proyectos me han aportado el grueso de mis ingresos anuales, cubriendo con creces mis necesidades. Lo mejor de todo es que ha sido trabajando con clientes estupendos y en retos realmente bonitos. Me alegra ver que ha habido continuidad en la colaboración con ellos, porque es una señal de confianza y de que no lo he hecho tan mal. Sé que es un lujo, para un emprendedor o profesional independiente, conseguir foco y estabilidad en lo que hace, y no tener que estar saltando de rama en rama, trabajando con un número excesivo de clientes, que produce mucho desgaste y gran dispersión. Toco madera para que ese escenario se mantenga muchos años, aunque sé que es difícil.

Desde el punto de vista social y político, que es un área de la que siempre hago balance, este año ha sido tan malo o peor que el anterior. Seguimos en época de vacas flacas, y esto parece que pinta para largo. No son buenos tiempos para la lírica. Yo, ingenuo soñador, tenía esperanzas de que Trump la cagara lo suficiente para que lo pudieran echar pronto, pero está claro que el mal es sistémico, y ese impresentable provocador está ahí porque interesa a los que mandan de verdad. Aún admitiendo eso, sigo perplejo de que un país como Estados Unidos aguante casi un año teniendo a un tipo de esa calaña como presidente. En otro orden de cosas, las expectativas de que tuviéramos una opción política progresista con opciones de llegar al poder se han desvanecido como un azucarillo después de asistir al enésimo episodio autodestructivo de la izquierda. Y para desbordar el vaso, lo de #Cataluña ha sido una fuente de estrés continuo, incluso para mí, que no soy de ningún bando. Más por empatía con amigo/as de las dos partes, que por sentirme especialmente interesado en que alguien ganara. Lo que ha rodeado al procés ha sido un despropósito de ida y vuelta. Cargado de excesos y manipulaciones mezquinas. La mejor prueba es que las dos partes han perdido, se retiran con muchas heridas, después de sacar lo peor de cada una. La España que tenemos después del Procés es más reaccionaria de lo que era antes. Con eso lo digo todo 🙁

Cambio de tercio. Estoy abriendo una nueva línea de crecimiento personal inspirada en el minimalismo (o “esencialismo”, que es un término que me gusta más), para seguir soltando lastre y poniendo el énfasis en lo que realmente me aporta valor. He leído mucho de esos temas este año, que es algo que siempre hago antes de ponerme filosófico con mi vida. Soy incapaz de meterme en nuevas historias sin investigar, porque disfruto de la elegancia del rigor. Ayudarme de buenos libros y de experiencias inspiradoras que sean creíbles, me aporta un plus de energía y seguridad. En esas ando, y ya iré contando cosillas más espirituosas por aquí, si te sirven.

Siempre digo que trabajo para viajar. Me lo gastaría todo en viajes. Claro, no de trabajo (que cada vez los llevo peor), sino de ocio y aprendizaje (en plan “viajaprende” de mi amigo Iván Marcos). El otro día, sin ir muy lejos, en una sobremesa con amigos, constaté que mi lista de “destinos pendientes” se ha vuelto imposible. Me está costando incluso ordenarla por prioridades. En cualquier caso, si todo va bien, prometo unas buenas escapadas para 2018. Tanto en familia como solitarias. Tal vez, si se tercia, me atreveré con el Camino de Santiago, que es algo que tengo en remojo, y que casi hago este año. Ya tendrás noticias.

De momento, ya está decidido que nos pasaremos el fin de año, la nochevieja, en Escocia y el norte de Inglaterra. Un poco de Glasgow, Newcastle y Durham van en el menú. Son pocos días, pero les daremos lustre. Solo me queda desearte un ¡¡feliz 2018!!

NOTA:  La imagen del post pertenece al álbum de Ted’s Photos en Flickr. Si te ha gustado el post, puedes suscribirte para recibir en tu buzón las siguientes entradas de este blog. Para eso solo tienes que introducir tu dirección de correo electrónico en el recuadro de “suscribirse por mail” que aparece en la esquina superior derecha de esta página. También puedes seguirme por Twitter o visitar mi otro blog: Blog de Inteligencia Colectiva.

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